Viaje
a Albentosa y Sarrión en Teruel
Hoy
día 30 de enero de 2016
Hoy sábado 30 de enero nos disponemos a esperar el bus
que nos trasladará a dichos pueblos donde pasaremos el día con alguna
demostración de la recolección de la trufa negra que se da en estas tierras y
que parece ser el gran reclamo y el mantenimiento de la población debido al
precio que se llega a pagar por este producto.
En una tierra pedregosa donde no nacen ni los cardos,
debido a su altitud (entre 900 y 1400). Su clima seco propio para curar
jamones, hay un fenómeno llamado TRUFA NEGRA siendo una simbiosis entre las
raíces de los robles y este tipo de tubérculo
La vida de este pueblo gira en torno a la elaboración
de productos del cerdo y sobre todo del diamante negro, la trufa.
Según dicen, el nombre del pueblo significa (viento entre montañas) se
encuentra enclavado en la altiplanicie
turolense y acompañado por otra ciudad llamada Albentosa que participa de las mismas ventajas que la
primera
Trato de describir la recolección de este tubérculo tan
raro y creo que se descubriría observando el comportamiento de los cerdos en
las masías o los jabalís en los campos cuando hociqueando buscaban algo
preciado para ellos, entonces decidieron utilizar perros adiestrados a base de
un hongo encontrado que llamaron TRUFA y desde entonces fue un verdadero
milagro el hallazgo con este filón creado por la naturaleza y que tan buenos
resultados proporciona a los que se dedican a su cultivo y recolección.
Aun que es trabajosa y molesta su recogida, creo que
produce un placer inenarrable el encontrarlas y deben de tener algún tipo de
adicción cuando los perros y cerdos se empeñan en buscarlas para degustar sus
excelencias.
Cuando sueltan el perro, olfatea el ambiente y
automáticamente se dirige bajo un árbol y escarba con ansiedad hasta que llega
el cuidador que se hace cargo de la situación, ayuda con sus manos y controla
al nervioso chucho hasta que aparece el diamante negro, entonces premia a animal
con un trozo de embutido y se guarda la Trufa y mientras él rellena el boquete
dejado con la búsqueda, el perro ya está buscando por su lado otro árbol que
tenga entre sus raíces un nuevo hongo.
Ha de darse prisa pues si el chucho saca antes la
trufa, se la come, la ventaja es que están entre cuarenta o cincuenta ctm de
profundidad y el terreno duro y pedregoso.
La verdad es que da gusto ver como el animal encuentra
la presa y creo que jamás se equivoca, al parecer por el aroma que desprenden. Yo
las he tenido en mis manos y solo huelo a tierra mojada y podredumbre,
seguramente que una vez limpiadas y preparadas es cuando sueltan sus efluvios.
En cualquier restaurante que pidas un poco de trufa en
la ensalada o guiso te puede aumentar en el menú una tercera parte más de lo
contratado.
Este caviar de secano tiene algo que lo hace especial y
los aldeanos lo aprovechan bien, los franceses son los principales consumidores
pagando verdaderas cantidades por darle este gusto al paladar y a los lugareños
les viene de perlas.
Ahora se procura cultivarlas en huertos vallados, se
plantan robles donde antes había sabinas o pinos y tienen que esperar unos años
para poder cosechar la codiciada trufa pues al ser sus raíces y jugos los que
proporcionan la creación de la trufa, hasta que los arboles no son adultos, son
como todas las cosas de la creación inexplicables, por eso los creyentes
acabamos pronto dejando estas cosas en manos de Dios.
Creo que mi disertación sobre la trufa se entenderá
para que los curiosos puedan hacerse una idea de cómo nace y se reproduce este
tipo de tubérculo que como ya he dicho aparentemente no es más que una especie
de muñón nacido de la descomposición de otras sustancias y que milagrosamente
se convierten en verdaderos diamantes
Impresiones hechas por Antonio Sánchez finalizando
enero de 2016
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